Mi amigo Manolo está criado en la calle. Sabe lo que es trabajar para sobrevivir desde hace mucho tiempo. Es un emprendedor de a pie, sin corbata ni el Financial Times debajo del brazo. Alguien con capacidad de trabajo, iniciativa e intuición para los negocios. Con eso le basta.
Me comentaba el otro día la teoría de las 10.000 horas. Dice que para ser bueno en cualquier cosa hacen falta 10.000 horas, para ser un buen pianista: 10.000 horas, para ser bueno al ajedrez: 10.000 horas, y así para cualquier cosa que uno se proponga hacer bien son necesarias 10.000 horas. En esta época donde parece que uno tenga que conseguir las cosas así de golpe, no está mal recordar que el esfuerzo y la voluntad son la base de todo. Entre todos nos hemos engañado y hemos engañado a los más jóvenes. Nos creímos que las cosas venían regaladas y no. El éxito en cualquier cosa cuesta. Por lo menos 10.000 horas.
1 comentario:
Cuanta razón tiene Manolo, todo cuesta en esta vida. Lo que no te ha dicho Manolo es que luego a los que han realizado las 10.000 horas le dicen que es un hombre de suerte.
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