
Dicen que la recompensa se consigue en a ultima milla, ese trozo que corres cuando crees que ya has llegado, esa energía que sacas de donde ya no la hay cuando ya estas agotado. Cuando te pides y das un poco más.
El Museo de Arte de Nueva Orleans tiene cosas muy interesantes que ofrecer. Tiene un par de Mirós coloridos y alegres de antes de la guerra, algún Degas que dejó a su paso por Nueva Orleans teñidos de los colores de la ciudad, un paisaje de Pizarro que rompe el mito del impresionismo melancólico y dulzón e incluso un Van Dyc sobrio y sereno.
Pero la extra-mille está al salir del Museo cuando ya cansado dudas enter volver para casa o aercarte al parque que hay al lado y cuando pese a calor sofocante entras en el parque y te encuentras que en verdad es un museo de escultura al aire lire y ni más ni menos que Botero y Maigritte te están esperando entre los árboles y las flores para regalarte unos momentos de belleza y armonía.
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