SISTER CATHLEEN

NO pensaba contar esta historia, quizás por pudor, pero el amigo Fernando me recomendó que lo hiciera y por si a alguien puede servir aquí la cuento.

El otro día volvía yo agotado de viaje, de Barcelona creo. Serían las 9 de la noche y llegaba a Barajas, justo a la salida del aeropuerto me encuentro con una monja que estaba junto a dos guardias de seguridad. La monja éra muy mayor (luego supe que 78 años) e intentaba hacerse entender por los dos guardias en inglés pero ellos no hablaban nada que no fuera castellano. Me paré para ofrecer ayudar. Y hasta aquí es una historia que ya he vivido varias veces en Barajas.

Ayudando en la traducción me enteré que venía de estar tres años de misionera en la India y que a las 6 de la mañana tenía que coger un vuelo de vuela a casa a Estados Unidos. Resulta que el vuelo salía de otra terminal y los guardías, conmigo de traductor, le contaron cómo llegar en autobus. Por suerte, se dejó convencer de que la acompañara en coche. Una vez en camino yo seguía sorprendido por su fuerza, su energía, su independencia y su alegría. Le inisití en que se viniera por lo menos a cenar a casa. Así lo hizo y de camino recogimos a mi hija Indira.
Fue una noche inovidable, cenamos, charlamos, y aprendí tantas cosas. Esa fuerza interior de quien sabe de donde viene y a donde va. Indira le contó que a ella le gustaban mucho las monjas porque en "Sonrisas y Lagrimas" las monjas son buenas y la casualidad hizo que su familia hubiera vivido cerca de donde se instaló la Familia Trap cuando huyeron de la Austria invidida por los nazis. Así que nos contó su historia, charlamos de la India, de internet (tenía email), del mundo, de la paz.

Un regalo maravilloso. De esos que la vida te da cuando menos te lo esperas. Inmbecil de mi al principio pensé que era yo quien le estaba haciendo un favor y hasta que no la dejé de vuelta en el aeropuerto no supe que despedía a un alma conocida. A alguien que había venido para hacerme un favor a mí.



Al llegar a casa nos a envido este email:

"Canten con alegria, habitantes de toda la tierra:
den rienda suelta a su alegria
y cantenle himnos.
Canten himnos al son del arpa,
al son de los instrumentos de cuerda.
Canten con alegria ante el Senor,
al son de los instrumentos de viento.

Que brame el mar y todo lo que contiene,
el mundo y sus habitantes
que aplaudan los rios
que se unan las montañas en gritos de alegria..."