Hay gente a la que no conoces pero un día entran en tu vida y le dan la vuelta. No vuelves a ver el mundo como antes de conocerlos. Te han cambiado la perspectiva, la forma de entender el amor, la justicia, la solidaridad y la vida. Mario Bendetti pertenece a ese selecto grupos de personas para mí desconocidas y que me han hecho como soy. Desde las canciones que cantó Serrat a aquél libro que me regalaron en Medellín. A tantas y tantas tardes en la Universidad sintiendo que no estábamos solos, a aprender a amar.
Me quedo con tres poemas que pondré en distintos post en los próximos días. El primero de mi época de universidad, del 07 y de mi compañera. Sean estas palabras mi más sentida despedida. Gracias Mario, compañero.
Te quieroTus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.
Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.
Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.
Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
1 comentario:
Gracias por publicarlo...es delicioso!
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