El otro día volvía de Barcelona en el avión de las 8. Venía cansado de un largo día, 4 reuniones, miles de llamas y muchos problemas por resolver. Sin embargo iba contento, Barcelona estaba preciosa con un solde invierno que brillaba y mi gente allí siempre tiene ganas de hacer más cosas lo cual le ayuda a uno a mantener el foco. A mi lado se sentó una chica divina ella. Yo destrozado y ella como recien salida de casa toda pintadita con su traje chaqueta, las uñas largas y pintadas y su aire de perfecta. A su lado se sento un compañero de trabajo de ella y allí empezó todo. A veces el destino te juega malas pasadas y esa fue una de las veces. La chica divina empezó a hablar: "cabrones", la puta", "me toco los cojones", "me cagué en ella", "siempre te la quieren clavar". Y así durante una hora. Parece que trabajaba en algo de farmacia y desde los compañeros, los de almacen, los de los hospitales, todos todos todos eran unos hijos de puta dispuestos a amargarla la vida a clavarla puñaladas y a hacerla quedar mal. Al principió me cabreé. Porqué en vez de poder descansar tranquilo de mi agotador y provechoso día me tocaba cargar con toda esa negatividad. Yo la miraba de vez en cuando y había mutado sus uñas tan cuidaditas eran ahora garfios oxidados y su nariz había cobrado proporciones extraordinarias y ahora era como la de un cuervo. Miré por la ventana para intentar no oirla mientras seguía despedazando a sus compañeros. Afuera era todo tan bonito...
Y entonces la chica divina me dio tanta tanta pena. Debe ser muy triste vivir así peleado con el mundo, rodeado de conspiraciones y de mala energia. Levantarse cada día pensando que los malos son los otros. Tantas veces pensamos que el problema y los que tienen que cambiar son LOS OTROS. Y lo unico cierto es que nuestra realidad la construimos nosotros. Le hubiera recomendado un par libros y un curso en el centro de mi madre Ishvara.
2 comentarios:
Te has superado amigo !!! (Brillante)
Y cuantas plañideras y calimeros nos encontramos por el camino.
Estoy de acuerdo con el comentario anterior, es brillante como diseccionas una triste realidad tan hispana, el despelleje del prójimo.
Saludos amigo, a ver si coincidimos algún día.
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