lunes, 14 de diciembre de 2009

LOS ZAPATOS DE RUBIES ROJOS


Aquella mañana Dorothy soñó que sus zapatos rojos brillaban. Brillaban tanto que casi costaba mirarlos. Al desertarse los encontró descansando, como cada noche, al lado de su cama. Estaban, como siempre, sucios, pálidos, envejecidos. Casi no recordaba el tiempo en que sus zapatos rojos de rubies brillaron. Pero así era, así fue hacía mucho mucho tiempo hasta que ese sueño le recordó como eran las cosas antes. Si el cambio hubiera sido de golpe se habría dado cuenta de que habían dejado de brillar. Pero fue poco a poco como sucedió todo. Recordó entonces también el camino amarillo que llevaba al Castillo Esmeralda. Ese camino que ella había seguido tantas veces con alegría, dando saltos, sabiendo donde iba. En esa época nunca me cansaba pensó. Recordó como el camino se fue difuminando, pensó en los bosques espesos que no dejaban entrar la luz y como el camino se había hecho más oscuro. Recordó también aquel desierto caluroso y el viento que iba llenando el camino de arena de forma que casi no se podía seguir.
Recordó como sus paradas se hicieron más largas y más seguidas, recordó que cualquier escusa era buena para sentarse un rato. Empezó a conocer gente que también estaba parada, descansando al borde del camino. Y hasta llego a pensar que la mayoría de gente vivía así, que eso era lo normal. Hasta que sin darse apenas cuenta, como la rana que no nota cuando le van calentando el agua en la que se encuentra, olvidó que existía un camino amarillo que llevaba al Castillo Esmeralda.

Pero aquella mañana cuando vió los zapatos de rubies rojos sucios y polvorientos sintió entre tristeza y rabia y se puso a limpiarlos con pasión. Los limpiaba de un lado, del otro, centimetro a centimetro, poco a poco los zapatos fueron recobrando su antiguo esplendor y eso le dió animo para seguir limpiandolos más y más. Estuvo limpiandolos casi dos día pero hay gente que dice que estuvo mucho más. Cuando por fin acabó brillaban tanto como el sol. Se sintió feliz y poderosa y así como si fuera un ritual se los puso con cuidado.
Saltó, balió, gritó, taconeó con alegría y dando brincos se puso a buscar el camino amarillo. Se sorprendió mucho al encontrarlo allí mismo, pensaba, la verdad, que le costaría encontrarlo pero estaba allí al lado. El camino esperaba paciente a que ella quisiera volver a mirarlo. Alegre y decidida se puso a andar. Sus pies parecían alas. Y caminó sin descanso hacia el lugar al que quería ir. Ese que existe más allá del arco iris. El Mundo de Oz.

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Leonard Pera: Nace en Barcelona en 1972. Licenciado en empresas por la UAM. Postgrado telecomunicaciones por la Escuela de Ingenieros de Madrid, en Comercio Internacional por la Cámara de Comercio y en Unión Europea por la Escuela Diplomática. Tras trabajar 5 años en Telefónica como responsable de las relaciones con los operadores de la Unión Europea, en el año 2001 se incorpora al Grupo Deutsche Telekom como responsable del lanzamiento del mercado telecomunicaciones en España en funciones de Director de Carrier Services. Desde Febrero del 2007 Responsable del Negocio de Telecomunicaciones para el mercado corporativo y desde Mayo del 2007 Director de ITC Sales & Support. Es además, es responsable de Comisión Internacional de Autelsi y Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Consultoría. Es Miembro del CATSI, Consejo Asesor del Ministerio de Industria. Profesor en el Master de Telecomunicaciones de Cremades y ponente habitual Internet Global Congress, VIP Events, etc.