
Comentabamos el otro día con mi amigo Estebán Tomás que en política es tan importante que te apoyen como que no te veten. Más ierto imposible en los temas de la Unión Europea. Hoy estrenamos Presidente de la Unión y Alto Representante. La idea de tener un Presidente de verdad y de tener un Minsitro de Exteriores de verdad era buena pero la realidad se queda a años luz de lo que se planteaba en la Convención que D'Estain y tantos otros trabajaron durante más de un año. Al final dos personas de perfil gris, que n levantan apollas y otra vez de partidos opuestos. Así nunca podremos pedir responsabildiades a nadie, ni a la derecha ni a la izquierda ni al Consejo que los ha elegido y cuyos representantes se votan en las elecciones nacionales de cada pais.
Más que una superpotencia estamos contruyendo un Frankinstein, para complicar más las cosas a partir de este momento habrá 3 Presidentes: El de la Unión (recien elegido), el del Consejo que es rotativo y lo ocupa uno de los Jefes de Estado o de Gobierno, y el de la Comisión. De los 3 ninguno ha sido votado por los ciudadanos europeos para ningún cargo europeo, ninguno se ha presentado a elecciones con un programa europeo.
Para darle una última vuelta de tuerca el Alto Represetnatnte reciente elegido no es nombrado por ninguno de los 3 Presidentes, así será Vicepresidente de una Comisión cuyo Presidete no le ha nombrado. Se imaginan un Ministro de Asunto Exteriores que se paseara por el mundo representando a un país cuyo presidente no le ha elegido y no pudiera cesarlo?.
Mientras el Grupo de Sabios liderados por un español de todos conocido sigue con la elaboración de su informe sobre la Europa del futuro, algo que todos leerán y admirarán pero ninguno se atreverá a poner en práctica.
Hoy más que nunca me viene a la cabeza Ortega y el triunfo del conformismo.
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