Ayer mientras cenaba en casa de mi abuela y me mimaba por haber sido mi cumpleaño digeron que había muerto 17.000 niños de hambre
en el mundo. En un solo dia. Es un dolor insoportable. Una verguenza insoportable. La FAO celebraba una cumple en su sede de Roma, una sede en cuya puerta estuve hace apenas una semana. En esa cumbre no aparecieron los paises ricos, no estaban por allí los del G8. Los que estaban contaron que de todo el dinero prometido nada de nada. Y que los plazos acordados en la Cumbre del Milenio para poner fin a esta sangría no se van a cumplir. Una verguenza. Bonito regalo de cumpleaños.
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