El mundo es cada vez más pequeño y eso es algo que me gusta. Me gusta que todos nos conozcamos más, intercambiemos más bienes y servicios, viajemos más. Dice la teoría económica que con el aumento del comercio internacional aumenta la riqueza. De cómo se reparte no dice nada. Eso ya es otra historia. Está claro que hay más. Lo que no está claro es que se reparta mejor. En muchas ocasiones en la vida surge la figura del “listillo” el que intenta beneficiarse más que los demás, se considera más listo y juega a beneficiarse de algo. Normalmente algo que si todos hicieran hundiría a todos. El ejemplo más claro es en un concierto o en un teatro. Todos están sentados y ven aceptablemente bien. Si uno se pone de pie ve mejor que los demás. El primero que se pone de pie es el listillo. Luego poco a poco los otros le ven y se van poniendo de pie. Al final todos están de pie, ven igual que al principio pero están más incómodos. Ahora están de pie. Es muy difícil hacer que todos se sienten otra vez. Saben que están mal pero el primero en sentarse vera unos segundos peor. Para que todos se pongan de acuerdo se necesita retomar un marco de confianza, unas normas claras y alguien que coordine. Ahora el G20 intenta regular los paraísos fiscales. Cada superpotencia tenía los suyos. Todos estábamos incómodos ya la larga todos los ciudadanos del mundo perdemos con ello. Pero cuesta mucho volver a hacer que todos se sienten una vez que el listillo les enseñó a ponerse de pie.
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