Si hay un país que se ha beneficiado como nadie de pertenecer a la Unión Europea es Irlanda. Solo España podría competir con el en el primer puesto. Irlanda era antes de la Segunda Guerra Mundial un pais semidesarrollado, basado en la agricultura, la ganadería y la mineria, sin tejido productivo relevante. Una país rural con indices de mortalidad elevadisismos y unsistema santario definciente. Un país más anclado en el Siglo XIX que mirando al XXI. Su pertenencia a la Unión ha significado una modernización de las instituaciones, de sistema bancarío, un incremento comercial y desde luego un salto envidiable en nuevas tecnologías, con indices de desarrollo de la Sociedad de la Información espectaculares. Todo eso sin hablar de los fondos europeos que han creado de la nada infraestructutas de todo tipo. Sin embargo Irlanda votó NO hace unos meses al Tratado de Lisboa, esa Constitución light, edulcorada, de la que nos queríamos dotar para poder funcionar cuando 18 paises ya lo habían ratificado. Ahora se le va a presentar otro modelo, adaptado a sus exigencias para que voten sí. Un insulto a los que ya votaron Sí a la primera versión. Ahora no hay alternativa. O entran en la nueva estructura o deben salir de la Unión. Los otros 300 Millones de ciudadanos europeos no podemos seguir esperando a Irlanda. En este Club nadie es socio a la fuerza.
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