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Mi amiga Azu es tan impulsiva como apasionada de la música. La música es un tema muy serio para ella. El otro día me invitó por facebook a unirme al Grupo "Odio Bisbal".
Evidentemente no me uní. Y en vez de explicarle a ella sola el por qué no prefiero escribirlo aquí y dar un paso en el camino de reflexión que quizás otros sigan.
NO podría apuntarme a ese grupo porque odiar es un sentimiento extremadamente difícil para mí. Me cuesta odiar y eso es uno de los grandes regalos que me dió la educación de mi madre. Si alguna vez tengo algún sentimiento parecido a ese no podría ser hacia un chaval que hace su música y que a bastante gente le gusta. Aunque a mí no me guste o la deteste como podría odiarle. Puestos a odiar odiaría gente que ha esparcido el mal, el dolor y la muerte, antes Hitler, Mladic o cualquier
otro. Antes odiar al matón de barrio, al abusón con el débil, al que se ensaña y al que disfruta con el mal ajeno. Pero a Bisbal por qué.
Por otro lado si uno cree, como yo creo, que los pensamientos de uno condicionan su realidad y el mundo en que vivimos, odiar solo genera más odio. Los pensamientos negativos se multiplican y potencian entre ellos.
De la misma manera que la ilusión, la alegría y la esperanza se multiplican y se contagian los pensamientos negativos también. AL odiar a alguien contribuyes a hacer un mundo peor.
Por otro lado también estoy convencido que los pensamientos negativos tienen un primer dagnificado que es uno mismo. Al odiar generas mala energía sobretodo para ti mismo lo que acabará influyendo en tu salud y por supuesto en tu felicidad. Esa energía negativa acumulada en ti hará que atraigas más energía negativa y así vayas descubriendo que el mundo está lleno de cosas malas y de gente malvada. Te habrás convertido en un polo de atracción para ellos.
Así pues. Por ti, por mí, y por todos los demás procura no odiar. Y sobretodo si en algún momento sientes eso que sea por algo que no tenga que ver con la intolerancia hacia lo que no te gusta.