Mucha gente pensará que el NO Irlandés a Europa supone un triunfo de la democracia de la voluntad popular. Yo en cambio opino lo contrario. Me parece inaceptable que unos cientos de miles de irlandeses puedan volver a bloquear el futuro de 500 millones de europeos. Ya pasó antes con Daneses y sobretodo con los franceses. Esto supone una bofetada a la democracia entendida como el triunfo de la mayoría respetando a las minorías.
El error está en el propio sistema. Porqué una Constitución que es de ámbito europeo se ratifica por referendum en cada uno de los estados. Lo lógico sería que se celebrara un referendum entre los 500 millones de europeos y que todos juntos decidiéramos si sí o si no. Así se hizo en España con la Constitución de 1978. Se imaginan que tuviera que ratificarse por Comunidades Autónomas, votando cada una en una fecha diferente? Estoy convencido en que en más de la mitad saldría NO. Todas se sentirían agraviadas, todas sentirían que no cumple al 100% sus expectativas.
Por otro lado porqué en un sistema democrático representativo como los europeos optamos por una democracia asamblearia.. En mi época en la Universidad y luego como portavoz del 07 sufrí las maldades del asamblearismo. Creo que los europeos hemos votado a nuestros gobiernos y a nuestros eurodiputados para que nos gobiernen y les hemos dado el poder de buscar el mejor acuerdo posible para todos nosotros. Realizar referendum es mermar la democracia. Porque los NO pueden ser mayoría pero son incapaces de articular una propuesta alternativa que sea mayoritaria. Así los euroescepticos, la extrema derecha, la extrema izquierda, y muchos otros grupos, algunos de ellos con ideas muy loables se unen en un voto de negatividad pero no pueden crear nada a cambio.
Es la perversión del sistema. Si no pueden ofrecer nada mejor entonces no tienes alternativa. Y aun nadie a demostrado que pueda hacer una alternativa mas mayoritaria que la del la Difunta Constitución Europea. Ahora con el Tratado de Lisboa puede pasar lo mismo. Todo por no aplicar bien las reglas de a democracia. Mientras, el mercado sigue si camino y la globalización sigue sin que haya instituciones preparadas para marcar otra sinfonía. Perdemos los europeos.
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